Una cama desecha, sábanas sucias, un vaso en la mesa de luz,
casi vacío, un reloj despertador… tic tac, tic tac...
Sobre la alfombra, un cuerpo desnudo, un frasco de
pastillas.
La sirena, golpes en la puerta, gritos desesperados. Dentro
de la habitación, sólo silencio, para siempre, y una nota arrugada, ilegible,
inútil… tic tac, tic tac, tic tac.
6 comentarios:
Que gran byn Elisa. Perfecto. Has logrado transmitir perfectamente esa sensación que comentas en el texto. Aplausos,. Un abrazo
Espero que sea un inquietante relato ilustrado con una buena foto.
Un beso.
Por supuesto!
Un escalofrío recorre esta entrada. Imagino el acto previo de llenar el vaso de agua y llevarlo al cuarto con cuidado para no mojar la mesita ni la alfombra....
se trata de un ejercicio: escribir una historia sin usar ningún verbo.
El no usar verbos en el relato le da un ritmo cortado e inquietante.
Parece los apuntes de un forense con alma de poeta, ordenando hechos mientras trata de adivinar la acción.
Me encanta el micro, Elisa, y por supuesto la imagen que lo ilustra. Me vino a la cabeza el cine negro de los años 50, en ese juego de luces y sombras tan bien resuelto.
Un beso,
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